jueves, 18 de junio de 2015

¿POR QUÉ NO DEBEN EXPLOTARSE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS?



¿POR QUÉ NO DEBEN EXPLOTARSE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS?

Las aguas subterráneas constituyen un recurso fácilmente accesible y vital para 2 billones de personas en todo el mundo. Aunque se han utilizado desde muy antiguo, su aprovechamiento ha tenido un aumento importante en las últimas décadas y ha sido un factor clave para el desarrollo en algunos países. Las aguas subterráneas forman parte del ciclo hidrológico y están relacionadas con los otros componentes, en particular con las aguas superficiales. Son fáciles de explotar y en general su coste es mucho más barato que el de las aguas superficiales. La descarga de agua subterránea a los ríos proporciona el caudal que mantiene en periodos secos el flujo de los ríos permanentes. El gran volumen de agua almacenada en los acuíferos permite hacer frente con facilidad a situaciones de picos de demanda.
El uso intenso de los acuíferos puede hacer disminuir los caudales de ríos, manantiales y zonas húmedas e incluso hacer que un río pase de ser ganador a perdedor, o efímero si los bombeos son suficientemente grandes y continuados.. La relación entre aguas superficiales y subterráneas y el tener particularidades complementarias para el aprovechamiento de los recursos hidráulicos hace que sea interesante su uso conjunto a través de la recarga artificial, o del denominado uso conjunto alternante. Hay que considerar las interacciones río-acuífero además de por los problemas de cantidad por los de calidad y contaminación.
Su coste es casi siempre mucho menor que el del agua proporcionada por presas y canales, que suele estar fuertemente subvencionada. Esto ha sido el motor fundamental del aumento del aprovechamiento de las aguas subterráneas. Su coste reducido ha inducido un aumento de las extracciones que en algunos casos han producido problemas de bajada de han producido beneficios importantes niveles, disminución de caudales de ríos, desecación de zonas húmedas y subsidencias del terreno, pero en general.
Ya no se discute el interés de las aguas subterráneas. Sin embargo las administraciones hidráulicas públicas de muchos países no dedican a las aguas subterráneas la atención ni las inversiones que se precisa para estudiarlas y no dispone de personal necesario para controlar y proteger un recurso imprescindible. En el pasado sólo se consideraba el agua superficial, por eso muchos planificadores y gestores del agua tienen una formación limitada en los aspectos hidrogeológicos y no entienden los aspectos clave del funcionamiento de los acuíferos. La gestión centralizada de los acuíferos parece inviable por la dificultad de actuar sobre las decisiones de cientos o miles de usuarios de un mismo acuífero. Su contaminación puede representar una disminución de disponibilidades de agua. Se realizan vertidos sólidos y líquidos en zonas en las que se pueden contaminar acuíferos que se utilizan para abastecimiento humano sin que la Administración ejerza acciones para impedirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario